Esta semana os traigo una receta rapidísima y sencillísima, pero muy especial, pues está dedicada a todas las personas que padecen algún tipo de intolerancia alimentaria. Desde Los Dulces de Ligia nos solidarizamos con todos aquellos que no pueden consumir diferentes alimentos y en esta oportunidad nos acercamos un poquito a los intolerantes a la lactosa con un delicioso pastel de queso, porque seamos sinceros… ¿Existe alguien que haya probado un pastel de queso y que sea inmune a su sabor?… Yo sinceramente no podría creérmelo, aunque claro está, mi respuesta probablemente no sea válida porque cuando llega el momento de los postres pierdo el norte… ¿o no?. Acabo de descubrir que soy MUY exigente y crítica a la hora de los postres!!!. Tengo claro las cosas que no me gustan, los sabores que no me gustan… en cuanto a la presentación soy menos exigente… me importa muchísimo más el sabor… Creo que estoy divagando… cierto?
El caso es que hace unas semanas una de mis cuñadas que es alérgica a la lactosa me encargó varios pasteles y un postre para unas celebraciones… yo no pude decir que no por dos razones: la primera porque es mi cuñada!, y la segunda porque nunca había hecho nada sin lactosa, he preparado pasteles para diabéticos que han sido exitosos, he trabajado con diferentes tipos de harinas, incluso he hecho alguna cosilla para veganos, pero nunca había hecho nada sin lactosa y en lo primero que pensé fue en un pastel de queso!!!
El resultado según mi cuñada y sus invitados… buenísimo, y si ella lo dice yo lo creo al pie de la letra porque si hay algo en lo que nos parecemos es en que si tenemos que decir algo que no nos gusta lo decimos…
En este caso lo más importante es utilizar los productos adecuados todos SIN lactosa, existen diferentes marcas: entre las más conocidas Kaiku, en grandes superficies también se pueden encontrar marcas blancas, el queso fresco de burgos sin lactosa está muy bien… pero yo tenía el tiempo bastante justo… así que después de 15 minutos de estar buscando unas galletas que no contuvieran trazas de leche en el supermercado y ver decepcionada que en todos los paquetes que pillaba habían trazas ya fuera de leche o frutos secos, me fui directamente al Santiveri… si, los productos son más caros, pero al menos tienes la seguridad de que nadie se te va a poner malo, no?. Y lo encuentras todo en el mismo lugar…
Pero esta receta no sólo es para intolerantes a la lactosa, la podéis comer todos, e incluso prepararla con ingredientes normales, es igual, esta siempre buena!!!
Así que no tenéis excusa.
Ingredientes
- 400 gramos de queso fresco sin lactosa
- 3 huevos
- 120 gramos de azúcar
- 15 gramos de fécula de maíz (Maizena)
- 250 gramos de yogurt sin lactosa
- Ralladura de limón
- 1 paquete de galletas tipo maría (fijaros bien porque la mayoría de galletas contienen trazas de leche)
- 75 gramos de mantequilla sin lactosa
Elaboración
Comenzaremos por precalentar el horno a 180 grados focalizando el calor en la zona baja.
Preparamos nuestro molde, engrasándolo y cubriéndolo en el fondo y laterales con papel de horno. Reservamos.
Lo primero que haremos será pulverizar las galletas, ya sea en la thermomix, en una licuadora, o en un mortero de toda la vida, lo importante es que las galletas nos queden completamente pulverizadas, luego las mezclaremos con la mantequilla derretida en un bol y mezclaremos con una espátula hasta conseguir una especie de masa que colocaremos en el molde y ayudándonos con las manos, extenderemos hasta formar una base de grosor uniforme. Reservamos dentro de la nevera durante unos 20 minutos.
Transcurridos los 20 minutos colocaremos los ingredientes en la batidora, (podéis hacerlo también con una minipimer) y batiremos el tiempo necesario para obtener una mezcla lisa y homogénea, teniendo cuidado de no batir demasiado ya que esto haría que se formaran desagradables bolsas de aire en nuestro pastel de queso.
Sacamos el molde que tenemos reservado en la nevera en donde verteremos la mezcla y metemos al horno durante unos 40 minutos. Cuando hayan transcurrido 30 minutos podéis colocar también el calor del grill para que vuestro pastel obtenga un bonito color dorado por arriba, teniendo siempre cuidado de que no se os queme!. Transcurridos los 40 minutos de cocción apagamos el horno y dejamos el pastel dentro, durante unas 2 horas y media antes de sacarlo. Después de ese tiempo podemos sacar y dejar enfriar completamente a temperatura ambiente, para después enfriar en la nevera.
Podéis consumir tal cual o preparar una sencilla cobertura de fresas como decidí hacer. En ese caso necesitareis:
- 2 hojas de gelatina neutra
- 8 fresones (reservamos uno para la decoración incluidas las hojas)
- el zumo de medio limón
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de agua
Preparación
Comenzamos por hidratar las dos hojas de gelatina en agua fría, durante unos diez minutos aproximadamente.
Lavamos y cortamos en trozos pequeñitos los fresones, los colocamos en un cazo junto con el zumo de medio limón, azúcar y el agua. Llevamos a fuego medio, durante unos 10 minutos, cuando vemos que los fresones se comienzan a hacer, bajamos del fuego y les damos unos cuantos toques con la minipimer. Luego tamizamos los fresones para eliminar cualquier resto de las semillas y colocamos en un cazo limpio, volvemos a llevar a fuego medio y finalmente agregamos las hojas de gelatina perfectamente hidratadas, removiendo constantemente hasta que se deshagan.
Cuando la mezcla aun está tibia y ayudados con una cuchara, comenzamos a verter desde el centro de nuestro pastel. No hace falta poner en exceso, es solamente para darle colorido y un toque especial. Decoramos con el fresón que tenemos reservado y guardamos en la nevera hasta el momento de servir…
Un postre sencillo, con un aspecto de lujo y un sabor inmejorable… Ahora ya no hay excusa para no preparar un buen pastel de queso!!!.
Y si preferís disfrutar de la sencillez de un pastel de queso tradicional siempre podéis dejarlo tal cual, de ambas formas es exquisito…